Porque Todo Sube, boleto estudiantil contra el ajuste y por la educación pública

Han pasado ya los primeros seis meses del año y la crisis desatada en el sistema de transporte la seguimos padeciendo los usuarios. El aumento en un 100% del costo del boleto del subte, como el incremento del índice de inflación que carcome el bolsillo y hace cada vez más difícil pagar por cada viaje en colectivo son verdaderos dolores de cabeza para los laburantes y estudiantes, principalmente aquellos provenientes de los sectores populares.

Hace unas semanas, los gobiernos de Scioli, Macri y Cristina crearon la Agencia de Transporte Metropolitano. Un sello similar al creado para combatir los desechos industriales de la cuenca Matanza Riachuelo que no ha obtenido ningún avance positivo. En la reunión presidida por el ministro Randazzo, se habló de los grandes temas que desde hace años giran alrededor del sistema de transporte. Pero no se ha mencionado cómo resolver la ecuación que tiene a los subsidios, el estado de los vehículos y el bolsillo de los pasajeros como factores.
Con una lógica perversa, el sistema de transporte metropolitano subsidia a las empresas, pero no a los pasajeros, con la plata de los impuestos ciudadanos. El gobierno nacional no sólo no revirtió las privatizaciones, ni siquiera el capitalismo de amigos, sino que mantiene los subsidios millonarios sin exigencias de controles o inversiones de ningún tipo, amparando el enorme negocio las empresas concesionarias. Encima, Metrovías y el gobierno porteño aumentaron el boleto. Y los colectivos están pendientes de hacerlo.
Con lógica neoliberal, los gobiernos metropolitanos siguen pensando a la educación como un gasto y no una inversión. Sólo así se explica que los estudiantes no podamos contar con un boleto educativo gratuito. El costo de los precios de pasajes son verdaderos obstáculos para seguir estudiando. Particularmente, en la UBA, el 57% de los estudiantes vive de su propio trabajo, el 60% no vive con sus padres, el 11% tiene hijos y el 47% vive fuera de la Capital Federal. En este sentido, el acceso a la Educación Pública parte por garantizar todos los derechos para que los estudiantes no tengamos trabas de acceder a ella, permanecer y egresar de todos los niveles educativos. Trabas que no sólo se limitan al costo del transporte, sino a la falta de comedores y guarderías y las dificultades en el acceso a los materiales de estudio. Ni hablar de los jóvenes provenientes de los sectores populares, para quienes el ingreso a la universidad se ha convertido en una utopía propia de principios de siglo XX.

Es por ello que seguimos exigiendo el boleto educativo. Con cada vez más de miles y miles de firmas de estudiantes secundarios, terciarios y universitarios que hacen valer su respaldo. Estuvimos en cada colegio, en cada facultad y en cada barrio juntando adhesiones. Y estaremos en la calle para que tanto el gobierno de la ciudad como el nacional nos escuchen, para que las autoridades universitarias también se hagan cargo.
Motivos sobran: los compañeros de la FULP (La Plata) han logrado crear un proyecto presentado en la Legislatura bonaerense para contar con un boleto educativo provincial. Pero ya en 2011, luego de muchos años de lucha, lograron que en la ciudad platense fuese instrumentado un boleto estudiantil al 50% del costo. En Córdoba, desde hace unos meses, rige ya un boleto educativo gratuito que alcanza a estudiantes y trabajadores de la educación de todos los niveles. En Salta, la FUSA se encuentra desarrollando un plan de lucha y fueron recibidos oportunamente por las autoridades locales.

Por ello, y porque creemos que la distribución de la riqueza es posible y que el ajuste no lo tiene que pagar el pueblo, porque nos ilumina la lucha de la Noche de los Lápices, este viernes próximo a las 13 nos concentramos frente al Cabildo para marchar hacia la Secretaría de Transporte de la Nación (Hipólito Yrigoyen 250, Piso 12º), para solicitarle a su autoridad, Alejandro Ramos, una audiencia a los fines de informarle de las problemáticas que padecemos.