
A medida que llegaban los chicos
y chicas empezábamos a hacer la tarea pendiente de las vacaciones de
invierno con los que tenían, y con los demás jugamos a diferentes
juegos, leímos, dibujamos. Uno de lo chicos había llevado su pelota
de fútbol y nos costó un poco que se concentraran en otras
actividades. Por momentos algunos de los chicos (y de ''los profes'') nos
poníamos a jugar a la pelota, pero eso no evitó que pudiéramos
hacer la tarea con los demás.

Luego de las escenas, nos
sentamos a reflexionar sobre ellas, sobre los roles del hombre y la
mujer en la casa y en el trabajo, tratando de pensar por qué están
establecidos de tal o cual manera y si eso puede cambiar. Es difícil,
tratando un tema tan complejo que aún está en discusión en la
sociedad en que vivimos, poder llegar a una misma conclusión todos.
Pero creo que lo importante es que nosotros y los chicos sepamos que
eso se discute, se piensa, se analiza, que no es algo que nos es dado
y tenemos que aceptarlo como viene, sin reflexionarlo; sobre todo
cuando los estereotipos y los roles son difundidos constantemente por
los medios de comunicación, las familias y otras instituciones.
Igualmente, siempre está la posibilidad de seguir trabajando y
pensándolo entre todos los próximos sábados.
La tarde terminó como todas, con una merienda riquísima con facturas, pancitos y leche que nos brindan las compañeras, con un partido de fútbol, hamacándonos en el parque y jugando con los chicos hasta que llegó la hora de irnos.
Clarisa, estudiante de Ciencias de la
Comunicación - UBA e integrante de Barrio Adentro.
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