Llegamos a Soldati con un clima
demasiado pesado para ser un sábado de invierno. Nos encontramos con
las compañeras de Barrios de Pie en la estación del premetro y
todos juntos caminamos por el embarradisímo barrio de Piletones,
donde aparentemente se está cubriendo con cemento una de las calles
principales. Mientras tanto, las obras dejan baches impresionantes en
la tierra, por donde no se puede caminar, y al lado del parque donde
hacemos el apoyo escolar, el alambrado que nos separa de unas grandes
"piletas" de agua sucia continúa caído.
A medida que llegaban los chicos
y chicas empezábamos a hacer la tarea pendiente de las vacaciones de
invierno con los que tenían, y con los demás jugamos a diferentes
juegos, leímos, dibujamos. Uno de lo chicos había llevado su pelota
de fútbol y nos costó un poco que se concentraran en otras
actividades. Por momentos algunos de los chicos (y de ''los profes'') nos
poníamos a jugar a la pelota, pero eso no evitó que pudiéramos
hacer la tarea con los demás.
Después de los deberes, llegó
la hora de seguir trabajando un tema que comenzamos la semana pasada:
igualdad de género. Nos parece que es una discusión muy actual y lo
trabajamos de diferentes maneras a lo largo de los sábados. Esta vez
la idea fue representar a modo de obra de teatro, un par de escenas
que mostraban situaciones de desigualdad entre hombres y mujeres en
el ámbito familiar y laboral, para luego reflexionar entre todos.
Era algo diferente a lo que veníamos haciendo, y la verdad es que
los chicos/as tuvieron una buena predisposición para sentarse, ver y
escuchar lo que habíamos planificado. No faltaron aquellos que
quisieron intervenir en la mitad de la obra, lo que hizo que todo
fuera un poco descabellado y más divertido todavía. Es increíble
todo lo que el humor puede ayudar a la hora de exponer una situación.
Luego de las escenas, nos
sentamos a reflexionar sobre ellas, sobre los roles del hombre y la
mujer en la casa y en el trabajo, tratando de pensar por qué están
establecidos de tal o cual manera y si eso puede cambiar. Es difícil,
tratando un tema tan complejo que aún está en discusión en la
sociedad en que vivimos, poder llegar a una misma conclusión todos.
Pero creo que lo importante es que nosotros y los chicos sepamos que
eso se discute, se piensa, se analiza, que no es algo que nos es dado
y tenemos que aceptarlo como viene, sin reflexionarlo; sobre todo
cuando los estereotipos y los roles son difundidos constantemente por
los medios de comunicación, las familias y otras instituciones.
Igualmente, siempre está la posibilidad de seguir trabajando y
pensándolo entre todos los próximos sábados.
La tarde terminó como todas, con una merienda riquísima con facturas, pancitos y leche que nos brindan las compañeras, con un partido de fútbol, hamacándonos en el parque y jugando con los chicos hasta que llegó la hora de irnos.
Clarisa, estudiante de Ciencias de la
Comunicación - UBA e integrante de Barrio Adentro.
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