jueves, 12 de julio de 2012

Con "la flor del Alto Perú" la revolución viene oliendo a jazmín

12 de JULIO- JUANA AZURDUY



Juana Azurduy de Padilla fue una líder guerrillera boliviano-argentina en las luchas por la emancipación latinoamericana.
Llamada por Félix Luna en una cueca norteña "la flor del Alto Perú", nació el 12 de julio de 1780 en el cantón de Toroca en las cercanías de Chuquisaca, Virreinato del Río de la Plata, Alto Perú, actual Bolivia y murió en Chuquisaca el 25 de mayo de 1862.1 2
Fue una líder revolucionaria que combatió en la Guerra de Independencia Hispanoamericana en el Alto Perú, asumiendo a la muerte de su esposo la comandancia de las guerrillas que conformaban la luego denominada Republiqueta de La Laguna, por lo que es honrada su memoria en la Argentina y Bolivia. El año de su nacimiento la ciudad de La Paz fue sitiada por Túpac Catari y Bartolina Sisa, alzados en armas en apoyo a Túpac Amaru. Hablaba el castellano, quechua y aymara.
En una carta escrita en 1830, cuando vagaba por las selvas del Chaco argentino:
"A las muy honorables juntas Provinciales: Doña Juana Azurduy, coronada con el grado de Teniente Coronel por el Supremo Poder Ejecutivo Nacional, emigrada de las provincias de Charcas, me presento y digo: Que para concitar la compasión de V. H. y llamar vuestra atención sobre mi deplorable y lastimera suerte, juzgo inútil recorrer mi historia en el curso de la Revolución.(...)Sólo el sagrado amor a la patria me ha hecho soportable la pérdida de un marido sobre cuya tumba había jurado vengar su muerte y seguir su ejemplo; mas el cielo que señala ya el término de los tiranos, mediante la invencible espada de V.E. quiso regresase a mi casa donde he encontrado disipados mis intereses y agotados todos los medios que pudieran proporcionar mi subsistencia; en fin rodeada de una numerosa familia y de una tierna hija que no tiene más patrimonio que mis lágrimas; ellas son las que ahora me revisten de una gran confianza para presentar a V.E. la funesta lámina de mis desgracias, para que teniéndolas en consideración se digne ordenar el goce de la viudedad de mi finado marido el sueldo que por mi propia graduación puede corresponderme".

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