lunes, 5 de septiembre de 2011

Los Movimientos Sociales AL FRENTE


Al calor de este año electoral, donde se juegan reivindicaciones del campo popular obtenidas y a obtener en la lucha, desde Movimiento SUR vimos necesario poner al frente a distintas organizaciones sociales para que puedan plantear sus posiciones.

Organizamos una charla/debate para que las organizaciones convocadas planteen sus diferentes tácticas y estrategias en lo que respecta a la construcción de poder popular y la obtención de futuras victorias. Para ello contamos con la presencia de: Carlos Chile (coordinador de capital del Movimiento Territorial de Liberación en la CTA), Luciano Narduli (coordinador de Zona Oeste de la Corriente Clasista y Combativa) y a Daniel Menéndez (Coordinador nacional de Barrios de Pie). Orlando Agüero (Frente Popular Darío Santillán) estaba invitado pero no pudo asistir.  

Se acercaron muchísimos estudiantes que tuvieron la oportunidad de poder escuchar y participar de una charla donde se puso a la luz la importancia de los movimientos sociales y el rol que juegan en la política nacional.

Luciano Narduli comenzó remarcando que vivimos una época de vaciamiento ideológico de los dos grandes movimientos  populares que irrumpieron en la historia marcando clivajes en la forma de hacer política: el radicalismo y el peronismo. En la actualidad, los aparatos que dicen representar esas corrientes, la UCR  y el PJ no son capaces de levantar, honestamente, las banderas por las que algún día supieron luchar. Hoy en dia son los Movimientos Sociales aquellos que retoman estas banderas, los que salen al cruce por las necesidades insatisfechas, los que se convierten en herramientas del pueblo. Sin embargo, la coyuntura histórica exige un poco más. Es necesario que los Movimientos Sociales formen parte de espacios multisectoriales, en los que converjan “aquellos que menos tienen con los que tienen algo”, como lo ilustró un momento histórico como el 2001, que quedó marcado por el “piquete y cacerola, la lucha es una sola”. Esos son los espacios que hay que luchar por construir, a pesar de los intereses de los poderes concentrados que a través de los medios de comunicación intentar dividir y hasta confrontar estas luchas, tal como pasó en el Indoamericano.

Luego fue el turno de Carlos Chile. Definió a los Movimientos sociales como "dignididad organizada", eminentemente políticos en sus objetivos y en su forma de lucha, y los diferenció de los partidos políticos en una serie de cuestiones. En primer lugar, carecen de pureza ideológica, es decir no son puristas. Pero esto no significa que no estén alineados en una posición ideológica ni tengan definidos claros objetivos políticos. Quiere decir que tienen mayor cintura para  leer la realidad histórica y político-social y acomodarse a la coyuntura, están abiertos a nuevas formas de construcción de poder, superadoras e integradoras de  las tradiciones de lucha de nuestro pueblo. Por otro lado, necesariamente evolucionan, tanto en su crecimiento, como en una democracia extendida hacia el interior.
Es necesario rescatar que se trate de una Central de Trabajadores, ya que muestra el estrecho vínculo entre un movimiento social y la clase obrera. A contrapelo de una perspectiva troskista, purista e intelectual (sabemos cuánto empeño ha puesto la academia en contraponer la perspectiva de la lucha de clases con la perspectiva de los movimientos sociales, haciendo poco esfuerzo en integrarlas), Carlos Chile en su discurso, denunció el intento de invisibilizar la condición de trabajadores de sus militantes, y llamó a reivindicar la categoría de trabajadores: “no existe la ocupación “desocupado”, todos somos trabajadores”.  Claramente desde una perspectiva de la lucha de clases, los trabajadores van buscando nuevas formas de organización, avanzan en su vocación de poder y en su afán de gobernar. En un momento de avance del campo popular, los movimientos sociales, atravesando transversalmente a toda la sociedad,  son espacios con gran potencial para “sumar y participar en un proyecto que nos contenga a todos”. 
Y por último remarcó que los movimientos sociales son la expresión contra hegemónica del poder popular. Es el sujeto político capaz de apropiarse de la historia. Son los que abrirán paso a transformaciones revolucionarias a través de la organización de millones, a través de la movilización de una masa crítica.  “Los movimientos sociales saben romper con los dogmas y asumir los desafíos que el capitalismo del siglo XXI nos impone como pueblo, deben convertirse en el intelectual colectivo que la patria demanda”.


El último orador fue Daniel Mendendez que hizo una mención sobre la estrategia de los movimientos sociales según el momento político, desde las experiencias personales y de su organización, Barrios de Pie.  
En principio fue una disputa económica, pero luego la batalla se trasladó también a lo cultural, a los valores: se trató de una pelea contra el individualismo ,en pos de una reconstitución del tejido social dañado por la dictadura y los embates del neoloiberalismo, profundizados desde el gobierno menemista.
“Lo más importante que hay que rescatar es que desde esta organización creemos que la resistencia social no está exenta de discutir una salida política, que hay que ir por el poder y por el gobierno; y que esa salida se da de la mano de organizaciones populares, que con la movilización, puedan sostener y defender las medidas para resolver los problemas de fondo”.
Un tema que atravezó la charla fue la cuestión referida a la representación político electoral, en la construcción de una herramienta política que represente a los sectores populares. Para el Coordinador nacional de Barrios de pie a partir del 2001 se abrió la discusión sobre la herramienta política de los sectores populares, no sólo a nivel país, sino también región: quedó a la vista que había condiciones para ir por el poder, para gobernar para todo el conjunto de la sociedad. La relación entre la pelea en los barrios y la construcción de la referencia política no es opuesta, es dialéctica: hoy el poder se disputa tanto desde la resistencia en el territorio como en la construcción de esa referencia política, con una ofensiva inédita de  los sectores populares.
La táctica de los movimientos sociales que aspiran poder para el pueblo hoy está dada por la participación popular junto con la construcción de una herramienta política, un espacio que pueda disputar poder real en la superestructura política. Un espacio amplio que pueda, por un lado, consolidar un proyecto político que avance verdaderamente en la distribución de la riqueza, desconcentre y nacionalice la economía, diversifique la matriz productiva, promueva una renovación política, neutralizando definitivamente a los sectores vinculados a 30 años de entrega; y por el otro lado, defienda ese proyecto de los embates de los sectores concentrados cuando se avance sobre ellos.
Finalizó diciendo “Rescato la confianza que tenemos como organización en nuestro pueblo, y retomo a Mariátegui para decir que los movimientos sociales son la creación heroica que se da nuestro pueblo, es la herramienta política que hoy nos puede conducir a la liberación."



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